De cachorra, Xena fue encontrada tan demacrada que se le dio un 1% de posibilidades de supervivencia.
Ella era literalmente piel y huesos y todos los que vieron fotos de ella cuando fue salvada por primera vez estaban horrorizados.
Pero estaba decidida a vivir y, milagrosamente, ¡lo logró!
Pero la increíble historia de supervivencia de Xena no terminó ahí. El “cachorro guerrero” fue adoptado por la familia Hickey y formó un vínculo poderoso con Jonny Hickey, un niño con autismo.
La madre de Jonny, Linda, había seguido el rescate y la recuperación de Xena desde el principio y creía que su hijo y Xena estaban destinados a estar juntos y ayudarse mutuamente. La presencia y el amor de Xena han afectado profundamente a Jonny. Rara vez hablaba antes de que ella llegara, pero con Xena, comenzó a abrirse.Habla todo el tiempo con Xena alrededor y no tiene miedo de probar cosas nuevas o aventurarse en el mundo con su mejor amigo a su lado.
Juntos, los mejores amigos inseparables se apoyan mutuamente en todo lo que hacen. Los mejores amigos continúan difundiendo un mensaje de compasión por los animales y las personas con autismo en todo el mundo.
