Mientras que algunas personas aman a sus mascotas como si fueran parte de la familia, otras lamentablemente las esclavizan a la negligencia y las malas circunstancias. Desafortunadamente, Libre experimentó lo último.
El perro guardián de cuatro años de una casa abandonada en Cagua, Venezuela, estuvo amarrado día y noche sin comida ni agua. La gruesa cadena alrededor de su cuello le impedía respirar, y era tan corta que ni siquiera podía acostarla.
Afortunadamente, su miseria finalmente llegó a su fin cuando los vecinos preocupados notaron cómo su dueño la estaba abusando y rápidamente los denunciaron a la policía y al refugio de animales local.
Cuando llegaron los rescatistas, Libre estaba hambrienta y con alegría se comió toda la comida que le dieron.
Quitaron la cadena para mostrar la carne viva alrededor de su cuello, que estaba dañada por años de estar colgando de la apretada cadena de metal alrededor de su cuello. Trataron su herida y le dieron la atención médica adecuada.
Libre ahora está abrazando la vida y está inmensamente agradecida por su segunda oportunidad.